Tan sólo un día después de que impactó su #98 de Stewart-Haas Racing en el muro del Dover International Speedway, Chase Briscoe dominó la Drydene 200, la segunda carrera de este fin de semana de doble compromiso de Nascar Xfinity Series.
Chase arrancó al fondo del paquete en el auto secundario y finalmente llegó al liderato a 20 vueltas del final de la segunda etapa y nunca más vio para atrás. Lidereó 107 de las 200 vueltas en el Monster Mile, y solamente cedió la punta cuando hizo su detención en pits, en la 103, durante un periodo de bandera verde.
Pero Briscoe siempre estuvo confiado de obtener el triunfo y a pesar de destruir su auto principal el sábado, le dijo a su esposa, Marissa, que ganaría este domingo. Esto fue dado a conocer por la propia Marissa en un tuit: «Chase me llamó antes de la carrera y me dijo: ‘Voy a ganar la carrera hoy’. ¡¡Traelo a casa bebé!!».
«Le dije, hoy, que estaba muy molesto por lo de ayer, tenía que ganar», comentó Chase al término de la competencia. «Es increíble el ganar desde el fondo. Es la pista de casa de (su jefe de equipo, Richard) Boswell y la segunda más cercana para HighPoint.com (su patrocinador)».
Briscoe terminó 2.463 segundos delante de Ross Chastain. Austin Cindric finalizó en tercero (su peor resultado en las pasadas ocho competencias), seguido por Brandon Jones, Daniel Hemric, Noah Gragson, y el ganador del sábado, Justin Allgaier, como los únicos pilotos en la vuelta del líder.
Chastain ganó la primera etapa, antes de que Briscoe llegara a la parte alta luego de una histórica remontada. Tras esta ronda, sólo quedan cinco de temporada regular.
La próxima carrera de NASCAR Xfinity Series se disputará en el Daytona International Speedway este viernes, para la Wawa 250.
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