Pocos vehículos se identifican tan sencillo por su diseño como un Mazda3. Dueño de líneas suaves que se funden con el horizonte y con el camino, el sedán turbo de la armadora japonesa es uno de los objetos de deseo más importantes para los amantes de los automóviles con potencia y balanceados.
Con un motor 2.5 litros Turbo SkyActiv G que produce 227 caballos de fuerza y 310 libras-pie de torque, ligado a una transmisión automática SkyActive-Drive de 6 velocidades con modo manual, Mazda3 ofrece un manejo dinámico, y con la respuesta necesaria para dar seguridad al momento de realizar algún rebase en carretera.
Las sensaciones de manejo, tanto en ciudad como en carretera, son superiores gracias a la tracción i-Activ AWD, un sistema predictivo integral de Mazda que optimiza las cuatro ruedas. Este sistema tiene 27 sensores, que califican la fuerza aplicada a la dirección, los ángulos del camino, la velocidad de cada rueda, y todos los elementos que intervienen al momento de tomar una curva.
Cuenta con los mayores sistemas de seguridad de la marca, como Frenos ABS, BA, EBD, Sistema de Control de Tracción, y suspensión delantera independiente McPherson con barra estabilizadora, así como suspensión trasera de barra de torsión. Además de los tradicionales sistemas de bolsas de aire para rodillas, cámaras de visión trasera, sensores de reversa y RCTA.
Mazda3 Sedán Turbo tiene interiores cuidados al detalle, como la palanca de velocidades forrada en piel (asi como el volante), lo que se suma a las vestiduras de los asientos en piel y el asiento trasero abatible 40/60, que comprueba los beneficios de un diseño pensado para ofrecer el mayor espacio y comodidad.
Pocos sedanes ofrecen esos niveles de adrenalina, y Mazda3 Sedán Turbo se diferencia del resto, con respuesta y balance, lo que le convierte en uno de los mejores vehículos de su segmento.
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