Fórmula Uno Internacional

Max Mosley llegó a su meta, a los 81 años

El mundo del automovilismo está de luto. El expresidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) Max Mosley falleció el pasado 24 de mayo, a los 81 años de edad. El inglés fue el mandamás del organismo por 16 años y dejó una marca indeleble en el deporte y movilidad.

Su pasión y compromiso por mejorar la seguridad en las pistas y después llevarlo a los caminos se tradujo en miles de vidas salvadas a través de los años.

La FIA ha continuado el trabajo de Mosley, la mejor manera de honrarlo a través de los años.

El actual presidente de la FIA, el francés Jean Todt dijo: «Estoy profundamente triste por el fallecimiento de Max Mosley. Fue una gran figura en la Fórmula 1 y en el deporte motor.

Como presidente de la FIA por 16 años, contribuyó fuertemente a reforzar la seguridad en la pista y en los caminos. Toda la comunidad de la FIA le paga tributo. Nuestros pensamientos y rezos están con su familia».

Mosley nació en Londres en 1940 y recibió su formación académica en Reino Unido, Francia y Alemania. Estudió en la prestigiosa Oxford University, donde fue electo secretario de la sociedad de debates. Se graduó de abogado y fue especialista en patentes y leyes de mercado.

Max se acercó al automovilismo en su juventud, primero en los sports cars, para pasar a equipo Brabham y al Lotus en la Fórmula 2. Se retiró de piloto en 1969 y cofundó March Engineering, empresa que rápidamente se convirtió en una de las líderes en la fabricación de autos de carreras.

A mitad de los 70s se convirtió en asesor legal oficial de la Asociación de Constructores de la Fórmula 1 (FOCA), el cuerpo que representa a los constructores en la máxima categoría. En ese cargo, participó en el primer Acuerdo de la Concordia.

En 1986, Mosley fue electo presidente de la Comisión de Constructores de la FISA y representaba a la industria motor mundial en el Consejo Mundial del Deporte Motor. Fue electo presidente de la FISA en 1991.

Tras trabajar de manera cercana en un plan de reestructura de la FIA, Jean-Marie Balestre y Max Mosley acordaron la candidatura del inglés para la presidencia de la FIA, una vez que el francés abandonó el cargo, en junio de 1993.

Como presidente, Mosley se encargó de que la FIA marcara una diferencia no sólo dentro de las pistas, sino también fuera, mejorando la seguridad en las carreteras e impulsando las tecnologías verdes.

Fue presidente cuando perdieran la vida Roland Ratzenberger y Ayrton Senna, en Imola, en el GP de 1994, lo que le impulsó a mejorar la seguridad en el deporte.

Dos años después, Mosley lidereó una exitosa campaña de la FIA para modernizar y endurecer las pruebas de choques en autos en Europa, por vez primera desde 1974.

Entre múltiples logros, destaca que en 1997 consiguió que la FIA tuviera reconocimiento en el Comité Olímpico Internacional (COI). Un par de años después, lanzó la Formula Zero, una estrategia para reducir las muertes y lesiones en la pista y en los caminos.

En 2002, propuso establecer la FIA Foundation y la FIA Academy. Dos años más tarde, propuso la creación del FIA Institute for Motor Sport Safety (el instituto de seguridad del deporte motor).

Fue reelecto en tres ocasiones (1997, 2001 y 2005), en todas ellas, sin oponentes. Cuando decidió retirarse del cargo, en 2009, le sucedió Jean Todt, y como muchos presidentes previos, fue nombrado presidente honorario de la FIA.

Mosley recibió muchos reconocimientos de gobiernos y de la industria automotriz, pero destaca el ‘Chevalier de l’Ordre National de la Légion d’Honneur’ en 2006, en reconocimiento a su gran contribución a la seguridad de las pistas y caminos.

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